Breviario de Consejos Prácticos para la Redacción de Textos Jurídicos

Por Jaime Gary López

 

Todo abogado o pasante en derecho en algún momento de su vida se enfrentó a la primera ocasión que le solicitaron redactara un escrito, si bien es cierto ese momento pudo haber sido más o menos agradable dependiendo de la persona, más cierto es que la elaboración de escritos jurídicos reviste cierta complejidad y formalismos, los cuales tiene que ir perfeccionando con la práctica, el litigante o consultor.

 

Con el afán de facilitar a los principiantes sus primeros encargos, así como proveer a los experimentados de consejos prácticos que puedan implementar para mejorar el ejercicio de su profesión, a continuación expongo una serie breves pero útiles recomendaciones, las cuales fueron tomados del Taller de Escritura para Abogados de Miguel Carbonell impartido en la Barra Mexicana Colegio de Abogados, así como de la experiencia adquirida en el ejercicio de la profesión:

 

1.- Ausencia de contradicciones. Es importante los abogados nos fijemos que en nuestro texto no afirmemos una cosa y después la neguemos ya que si esto sucede, nuestra primera afirmación carecerá de veracidad y nuestra contraparte podrá utilizar el error en nuestra contra.

 

2.- Concatenación entre los eventos. Es menester que nuestros textos tengan una secuencia lógica. Llevar un orden cronológico de los hechos es una buena forma de cumplimentar este requisito.

 

3.- Utilización de frases cortas. Es común que en párrafos extensos se difumine la idea principal, por ello recomendamos que no excedan las 5 líneas. De forma ideal, debemos intentar poner una idea por párrafo.

 

4.- Precisión. Un buen abogado debe de ser capaz de plasmar una idea compleja utilizando la menor cantidad de palabras. La extensión de nuestros argumentos no influye en la validez de los mismos.

 

5.- Eliminar lo innecesario. Ni tus clientes ni los servidores públicos tienen tiempo sobrado para analizar tu escrito, por lo tanto intenta ser concreto y elimina las partes que no abonen nada al mismo.

 

6.- No utilizar frases difíciles de pronunciar. Ya sea un cliente, un juez, o un magistrado al que nos dirijamos, es recomendable que lo que escribamos sea lo más sencillo de leer. Te recomendamos leer en voz alta el texto para revisar que el mismo cumpla con este requisito.

 

7.- Utilizar las herramientas de tu procesador de textos para dar estructura a tu escrito. La utilización de numeraciones, incisos y viñetas es muy útil para organizar tus ideas y hacerlas más entendibles, no pierdas la oportunidad de auxiliarte de dichos medios.

 

8.- Colocar la información más importante del párrafo al principio. Cuando redactamos, el orden de los factores si altera la comprensión del lector. Para robustecer tus ideas principales, intenta ponerlas al principio de los párrafos y no al final, ya que está comprobado que las primeras ideas son las que más son retenidas.

 

9.- Evitar repeticiones. Ser en extremo repetitivo vuelve tedioso nuestro escrito, lo que contribuye a que el lector pierda interés en el mismo. Es importante ser empáticos e imaginar el efecto que estamos produciendo a la persona que nos lee.

 

10.- Antes de empezar a redactar, procurar conocer a profundidad el tema. Si no conoces ampliamente el asunto, va a ser imposible que lo puedas explicar correctamente, realiza una investigación y empápate de él antes comenzar a arrastrar el bolígrafo.

 

11.- Contemplar a qué clase de auditorio se dirige el texto. Es menester que el abogado tenga presente quien va a ser el lector de su escrito; por ejemplo, cuando nos estemos dirigiendo a un cliente es recomendable ser los más pacticos y pedagógicos, pero cuando estamos ante un órgano jurisdiccional, es viable utilizar doctrina y tecnicismos jurídicos.

 

12.- Evitar el lenguaje sexista. Te recomendamos utilizar términos neutros que no hagan referencia a un género, lo cual hará más profesional tu texto y evitara que el lector se pueda sentir ofendido.

 

13.- En ningún momento descuidar la forma. La apariencia del escrito es nuestra tarjeta de presentación, además de que ayuda a al lector a leerlo con más ánimo. La utilización de un tipo de letra clara, así como la implementación de espacios entre los renglones y párrafos, van ser instrumentos de mucha utilidad para nosotros.

 

14.- No cerrarse a la utilización de tablas, diagramas y otros recursos. El redactor tiene como objetivo primario hacer lo más entendible y accesible su idea, por lo cual se puede allegar de diferentes medios, como lo son tablas y diagramas para simplificar la presentación de la información.

 

15.- Revisar, revisar y revisar. Es de imprescindible que siempre que acabemos de redactar un texto lo revisemos la mayor cantidad de veces para evitar errores; preferentemente dando intervalos de tiempo entre su finalización y revisión, así como entre revisión y revisión.

 

16.- Practicar, practicar y practicar: La redacción no es una excepción a la aplicación del dicho “la práctica hace al maestro”; entre más nos entrenemos, mayor será nuestra pericia.

 

17.- Lee, lee y lee. La lectura es un hábito que nos ayudará a desarrollar la calidad de nuestra redacción.